Televisa, la empresa de medios más grande de México y de habla hispana, atraviesa una profunda crisis que la ha llevado a cerrar varias de sus televisoras regionales, dejando sin trabajo a cientos de empleados y sin programación local a millones de televidentes.
Una de las entidades más afectadas por esta medida es Tamaulipas, donde Televisa contaba con cuatro emisoras: Tampico, Ciudad Victoria, Nuevo Laredo y Reynosa-Matamoros.
Según fuentes consultadas, la decisión se debe a cambios en el modelo de negocio, a la baja en las ventas de publicidad y a la competencia de otras plataformas digitales.
La única televisora que se mantendrá en operación es la de Matamoros, que cuenta con tecnología para enlazarse a nivel estatal y desde donde se producirán los noticieros y algunos programas de entretenimiento, las otras tres se convertirán en señales repetidoras, sin contenido propio ni personal.
Esta situación ha generado indignación y tristeza entre los trabajadores despedidos, que han dedicado gran parte de su vida profesional a Televisa.
Algunos de ellos son periodistas, conductores, reporteros, camarógrafos, productores, administrativos y técnicos, que ahora se enfrentan al desempleo y a la incertidumbre.
También ha causado decepción y nostalgia entre algunos televidentes, que han seguido por décadas los programas locales de Televisa, como Punto de Vista, Hoy Tamaulipas, Televisa del Golfo y otros.
Estos espacios eran un referente informativo, cultural y social para la región, que ahora se verá privada de una voz propia y cercana.
Televisa argumenta que esta reestructuración responde a una estrategia de crecimiento y de renovación, que busca ampliar su cobertura y su audiencia a nivel nacional e internacional, mediante la fusión con Univisión y el fortalecimiento de su plataforma digital N+.
Sin embargo, muchos analistas y críticos consideran que se trata de una medida desesperada y tardía, que evidencia el declive de Televisa como líder de la industria televisiva, que no ha sabido adaptarse a los cambios tecnológicos, sociales y culturales que vive el país y el mundo.
Televisa ha perdido credibilidad, calidad y relevancia frente a otras opciones de entretenimiento e información, que ofrecen mayor diversidad, interactividad y libertad.
Su modelo basado en la exclusividad, el monopolio y la manipulación ha quedado obsoleto y rechazado por las nuevas generaciones.
El cierre de las televisoras regionales de Televisa que tomo por sorpresa a cientos de sus empleados, es un golpe duro para Tamaulipas, que pierde una parte de su historia, de su identidad y de su comunicación.
Pero también es una oportunidad para que surjan nuevos proyectos y propuestas, que aprovechen las ventajas de las nuevas tecnologías y que respondan a las necesidades y demandas de la sociedad.
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