Así se vivió el terremoto de 6.4 que estremeció Filipinas

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Al menos cinco personas murieron y sesenta resultaron heridas después del terremoto de 6.4 grados de magnitud ocurrido anoche en la isla de Mindanao, al sur de Filipinas, informan este jueves medios locales.

En Tulunam, en la provincia de Cotabato Norte, una niña de siete años murió en el derrumbe de su casa a causa del terremoto, cuyo epicentro se situó a 22 kilómetros de esa ciudad, donde el temblor se sintió con intensidad 7, considerada “destructiva”.

En la cercana ciudad de Kidapawan -donde también se sintió con intensidad 7- un hombre murió de un ataque al corazón y una mujer embarazada sufrió un aborto involuntario durante el terremoto, de fuerza 6,4 según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).

Sin embargo, el Instituto de Vulcanología y Sismología de Filipinas (Phivolcs) consideró el terremoto ocurrido este miércoles a las 19.37 hora local (11.37 GMT) de magnitud 6,3, cuyo epicentro tuvo una profundidad de 15 kilómetros.

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Otra niña de dos años murió en el derrumbe de su casa y dos personas fallecieron a causa de un desprendimiento de tierra en la ciudad de Magsaysay, provincia de Davao del Sur, donde el seísmo se sintió con intensidad 6 o “muy fuerte”, según Phivolcs.

En Magsaysay la mayoría de las viviendas están “totalmente destruidas”, indicó el portavoz del ayuntamiento, Anthony Allada.

En General Santos, también en Davao del Sur, un centro comercial se incendió después del terremoto, aunque todavía no se ha divulgado un recuento de víctimas sobre ese incidente.

El terremoto estuvo seguido de unas 226 réplicas y de un segundo temblor de 5.2, según Phivolcs.

Filipinas se asienta sobre el llamado ‘Anillo de Fuego del Pacífico’, una zona de gran actividad sísmica y volcánica que es sacudida por unos 7.000 temblores al año, la mayoría moderados.

Este año el país ha sufrido varios terremotos de más de 5 grados de magnitud. Los más letales ocurrieron en la provincia de Pampanga el pasado abril, que dejó 16 muertos, y otro el pasado julio en Batanes -el extremo norte del país-, con nueve fallecidos.