Nuevo Laredo, Tamaulipas, 12 de julio de 2024 .— Este viernes fueron sepultados los cuerpos de Noe Ignacio Alférez Hernández y Jonathan Organista Ballesteros, jóvenes detenidos arbitrariamente y asesinados por elementos de la Unidad de Operaciones Especiales de la Secretaría de Marina en febrero de 2018. La entrega de los restos fue realizada por la Fiscalía General de la República (FGR) un día antes.
En febrero de este año, peritos de la FGR exhumaron los restos de ambos jóvenes para realizar pruebas genéticas y antropológicas que confirmaran su identidad, como parte de la investigación de la carpeta FED/SDHPDSC/FEIDDF-TAMP/000305/2018, bajo la responsabilidad de la agente del Ministerio Público Cinthya Nayeli Banda Ferrer.
Los restos de Jonathan y Noe Ignacio habían permanecido en una fosa común del Panteón Municipal II de Nuevo Laredo desde mayo de 2018, donde fueron sepultados como “desconocidos” (NN1 y NN2). Un agente del Ministerio Público de la Fiscalía de Justicia de Tamaulipas ocultó el hallazgo y las características de los cuerpos a sus familiares, a pesar de que habían sido encontrados semi-enterrados en un predio particular en la carretera federal Nuevo Laredo-Colombia.
Jonathan, de 17 años, y Noe Ignacio, de 25 años, fueron detenidos y ejecutados extrajudicialmente por marinos. El operativo, solicitado por el entonces gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca al almirante Vidal Francisco Soberón Sanz, buscaba combatir la alta incidencia delictiva en el estado. La operación, denominada “Operación Laguna”, estuvo a cargo del almirante Marco Antonio Ortega Siu y los comandantes Salvador Gerónimo Rodríguez y Alfredo Reyes Mondragón.
Raymundo Ramos Vázquez, presidente del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, expresó en una conferencia de prensa:
“Les agradecemos mucho que hayan respondido a esta convocatoria para informarles que ayer funcionarios de la Fiscalía Especial en Investigación de los Delitos de Desaparición Forzada entregaron formalmente los restos de los jóvenes Jonathan Organista Ballesteros y Noé Ignacio Alférez Hernández. Estos jóvenes fueron detenidos y desaparecidos forzosamente en febrero de 2018 por elementos de operaciones especiales de la Secretaría de la Marina, encabezados por el almirante Marco Antonio Ortega Siu y el capitán Alfredo Reyes Mondragón.”
Ramos añadió que los cuerpos permanecieron en una fosa común debido a “omisiones dolosas de la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas.” A pesar de las denuncias formales y públicas de sus desapariciones, las autoridades no informaron a las familias cuando los restos fueron encontrados en abril de 2018 en la carretera a Piedras Negras, Nuevo Laredo. En su lugar, en mayo de 2018, enviaron los restos a una fosa común.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió la Recomendación 36VG/2020 en julio de 2020, dirigida al secretario de la Marina, al Fiscal General de la República y al entonces gobernador de Tamaulipas. Sin embargo, ninguna de las familias de las 27 víctimas reconocidas ha recibido reparación integral del daño, y muchos casos siguen en la impunidad.
Ramos Vázquez concluyó:
“Es una negligencia y un acto doloso que aumenta el sufrimiento de las familias. Presentaremos denuncias penales contra funcionarios del Ministerio Público de la Fiscalía de Tamaulipas y de la General de la República. Exigimos que se coordinen para localizar a más de 24 víctimas y esclarecer los casos de otras 15 personas ejecutadas extrajudicialmente.”
Además, lamentó la omisión del gobierno municipal de Nuevo Laredo en el apoyo a las familias para los gastos funerarios y criticó la falta de justicia en el gobierno actual, haciendo un llamado a las autoridades para que ninguna persona esté por encima de la ley.
Los cuerpos de Jonathan y Noe Ignacio fueron finalmente sepultados en el Panteón Jardín de Los Ángeles, acompañados por familiares y amigos que continúan buscando justicia para las víctimas de la violencia institucional.