En un esfuerzo colectivo por restaurar y preservar el ecosistema local, estudiantes, docentes y autoridades se unen en la reforestación de la emblemática laguna, demostrando el poder de la colaboración entre la sociedad y las instituciones.
Por: Martín Juárez Torres
Reynosa, Tamaulipas – Jueves, 19 de septiembre de 2024.- En un evento que busca fortalecer el compromiso con el medio ambiente, decenas de estudiantes, profesores, miembros de la sociedad civil y autoridades locales se congregaron en las inmediaciones de la Laguna La Escondida, en Reynosa, para llevar a cabo una jornada de reforestación que ha marcado un paso importante en la conservación de este importante cuerpo de agua.
La actividad, organizada por la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (SEDUMA), fue encabezada por el subsecretario de Medio Ambiente, Karl Heinz Becker Hernández, quien asistió en representación de la titular de la dependencia, Karina Lizeth Saldívar Lartigue. Becker Hernández destacó que este tipo de acciones son esenciales para involucrar a las nuevas generaciones en el cuidado del medio ambiente, y reforzó la importancia de iniciativas como esta, que buscan generar conciencia en torno a la preservación ecológica.
El evento, realizado en el Parque Cultural Reynosa, incluyó una serie de actividades educativas diseñadas para sensibilizar a los asistentes sobre la urgencia de proteger los recursos naturales. A través de pláticas ofrecidas en seis escuelas locales, niños y jóvenes recibieron información sobre los peligros que enfrenta la Laguna La Escondida, un ecosistema vital que requiere de atención y acciones inmediatas para asegurar su permanencia.
Sergio Terán, especialista en conservación de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), campus Reynosa, fue uno de los ponentes destacados del evento. En su conferencia, subrayó la importancia de asumir un compromiso real y sostenido con la naturaleza, explicando que la degradación de la laguna afecta tanto a la biodiversidad como a la calidad de vida de los habitantes de Reynosa. “La participación comunitaria es clave”, afirmó Terán, “y eventos como este nos recuerdan que todos podemos ser parte del cambio”.
La jornada de reforestación fue sin duda el momento central del evento, donde decenas de estudiantes y voluntarios se dispusieron a plantar 150 árboles en las áreas circundantes de la laguna, una acción simbólica pero crucial en los esfuerzos por rehabilitar el ecosistema de la región. Los árboles, seleccionados cuidadosamente para adaptarse a las condiciones climáticas locales, contribuirán a mejorar la calidad del aire y a restaurar los hábitats naturales de diversas especies.
Además de la plantación de árboles, se reconoció el compromiso de las escuelas participantes en la promoción de la educación ambiental, entregando diplomas a los directores de los planteles que fueron parte del programa. La entrega de estos reconocimientos sirvió para subrayar la importancia de la educación en el fomento de una cultura ecológica entre los más jóvenes.
La reforestación de la Laguna La Escondida no fue un esfuerzo aislado. Representantes municipales, así como miembros de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), el Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes (ITCA), y diversos regidores locales, se sumaron a la iniciativa. Este tipo de colaboración multisectorial es fundamental para abordar los retos que enfrenta el medio ambiente en Tamaulipas y en todo el país.
La presencia de diferentes instituciones y actores sociales resalta la necesidad de unir esfuerzos para lograr cambios significativos en la conservación del entorno. La reforestación, además de ser una actividad ambiental, se convirtió en una oportunidad para que la comunidad reflexionara sobre su papel en la preservación de los recursos naturales. “Es importante que sigamos trabajando juntos para proteger nuestro patrimonio ambiental”, concluyó Becker Hernández, animando a los participantes a continuar con este tipo de iniciativas en sus comunidades.
Con este evento, Reynosa reafirma su compromiso con el medio ambiente y deja claro que la colaboración entre gobierno, instituciones educativas y sociedad civil es la clave para alcanzar un desarrollo sostenible. La Laguna La Escondida es un ejemplo de cómo, con voluntad y acción, es posible proteger y restaurar nuestros ecosistemas más valiosos.
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